Alberto Garzón, economista y diputado de Izquierda Unida, asegura que con la creación del banco malo no se está rescatando a España sino a los acreedores, que son los bancos alemanes y los de otros países que prestaron dinero a las entidades españolas durante la burbuja inmobiliaria. Garzón señala que el decreto ley que pondrá en funcionamiento el banco malo supondrá a su vez "un conjunto de condiciones económicas que ha de realizar España a cambio de los 100.000 millones de euros del rescate es otra pérdida de soberanía para España”. Alberto Garzón mira hacia los años de mayor auge de la burbuja inmobiliaria (2002-2007) para explicar a quién va dirigido realmente el rescate de la banca española. En los años de burbuja inmobiliaria España vivió un ciclo expansivo de gran crecimiento fundado en la construcción, un sector intensivo en factor trabajo y que por ende creaba mucho empelo. Esta burbuja inmobiliaria fue de tal magnitud que no fue suficiente con el ahorro, Garzón comenta que se tuvo que pedir dinero prestado: "Así que durante todos esos años la economía española vio como su endeudamiento privado se disparaba. Las grandes empresas de la construcción se regaban con deudas y también los hogares multiplicaban su endeudamiento para comprar varias viviendas". Cuando la burbuja estalló, las constructoras tuvieron que cerrar y despedir a miles de trabajadores. Además, Garzón asegura que los activos de estas constructoras "pasaron a formar parte de los bancos y cajas que les habían prestado dinero". A su vez estos bancos y cajas tenían deudas contraídas con los bancos extranjeros, porque el ahorro español no había sido suficiente para cubrir la demanda de inversión en vivienda. El problema es que ahora estos activos inmobiliarios ya no valían lo mismo que durante la burbuja. Dice sobre estos activos que "incluso podría decirse, ya no valen nada". Por eso muchos bancos han tenido que ser rescatados y tendrán que seguir siendo salvados con dinero público. Para Alberto Garzón, "el banco malo solo persigue cambiar esos activos que no valen nada por algo de dinero que valga algo". El coste va a ser inmenso, el Gobierno tendrá que asumir pérdidas en estas operaciones. De modo que "la 'troika' y el Gobierno del PP no están rescatando a España sino a los acreedores, es decir, a los bancos alemanes y de otros países que prestaron a los bancos españoles". El Gobierno acreditaría con esta medida, que "estamos ante una inmensa estafa y con un plan que responde únicamente a los intereses de los poderes financieros extranjeros". Como alternativa, Garzón propone "dejar quebrar a los bancos para nacionalizarlos después". Mientras que las viviendas podrían servir para crear un 'banco bueno' para crear un stock de viviendas de alquiler público y barato.
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